sábado, 6 de febrero de 2010

Treinta y nueve años han pasado...y tu ausencia,
se acrecienta más y más,a la luz de un nuevo día,
en que no estás,más fulgura igualmente tu sonrisa...
prendida de una estrella en la alborada...!
y las gotas de rocío por las noches...
a las flores,les cuentan silenciosas,nuestras penas...!

Sabes hermanita...cuando te marchaste esa mañana,
camino de la muerte,algo extraño,ocurrió en mi alma...
Negábase incrédula mi mente a poder aceptar...
lo que ocurrió tan de repente e inesperado a los sentidos.
Si,hasta unos días antes,de tu postrer partida...
fuimos a bailar alegres,los dos,con los amigos;

Fue tan brutal ese golpe...que mi razonamiento,
se vio expuesto,a perderse en laberintos de locura...
pero cuando la lucidez dio paso a la cordura...
una mansa paz se rebeló contra la enajenación,
y ya dispuesto a pensar las cosas claramente...
me resigné a soportar tan amargo sufrimiento.

Más...aunque a soportar el sufrir estuve dispuesto...
me prometí a mi mismo,que por más que los años pasaran,
jamás te olvidaría...! y andarías junto a mi...
en lo que me tocara de vida,como el sol de mis días...
como la luna en mis noches...como el aire que acaricia...
hasta el ultimo instante,en que dure mi existencia...!

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