viernes, 27 de junio de 2014

EPIFANÌA.


Epifanía...


En la vasta inmensidad del tiempo,
un año, quizás sea cosa ínfima, pero...
la impiedad de su transcurrir inexorable
forman los días y las noches
tejiendo la eternidad...
Su devenir interminable
es como mi amado río Paranà;
como las aguas del milenario río
que bajando desde la altura,
fluyen incesantes viajando hacia el mar...

Los pensamientos alientan con pasión
las llamas incandescentes
de mi amor paterno...
y ante la catástrofe sufrida
con la pérdida irreparable
de tu joven vida,
mis sentimientos no menguan,
no claudican, no transigen ante el tiempo;
mientras dure mi ciclo en esta vida
tú, estarás siempre vivo en mi memoria.

¡Ay...! que cosa de la mente
que no deja de pensar;
Tanto, tanto, y tanto...
que parecía en algún momento
me dejara de latir el corazón;
y ahora, ya calmada
tanta angustia opresiva,
siento que puedo
pensar apaciblemente en ti
y adorarte tiernamente.

Dulcemente...mansamente,
los recuerdos se agolpan
unos tras otros sin cesar;
ya perdida la furia loca
que impedía razonar...
que dejaba la puerta abierta
de par en par
para que entrara la locura
a quererme dominar
y enseñorear en mi mente.

Las arañas del tiempo
entretejieron laboriosas
una red donde quedaron
atrapadas mis aflicciones:
Tristeza, pesares...
Dolor y amargura;
Sufrimiento inesperado
que sentenció cruel condena.
Padecimiento insoportable
que nunca podré olvidar.

No obstante... aprendí
a vivir con mis zabilas
y adopté como égida
pensamientos positivos.
Las emociones fuertes
avivan los sentimientos,
y somos como mariposas
ante un vendaval vertiginoso;
arrastradas a su arbitrio
hasta que la calma trae la paz.

La paz...el sosiego,
la conciliación con uno mismo.
El fin de la bravía odisea,
de la epopeya singular...
La paloma de la paz
hizo nido en mi tejado,
en los árboles de mi casa
vuelven a cantar las aves...
y miríadas de mariposas, polinizan
el jardín de mis sentimientos...

Una dulce epifanía me da la sabiduría
para vislumbrar el arcano
entre la vida y la muerte:
¡La esencia es lo que perdura...!
y a cuatro años, de tu repentina partida
sigues presente y mas vivo que nunca.
¡Nunca muere quien se ama de veras...
y mi amor, sempiterno e inclaudicáble
ha creado un santuario en mi corazón
y ahí moras eternamente...!!!!!!!!!!!!!


Autor:
Ignacio Camaño
Rosario Santa Fe Argentina
28/06/14
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