16/08/1991-28/06/2013
Lo que el árbol es al retoño
es el hombre a su vástago...Lo que es el Orbe al Universo
lo es Dios, a sus amadas criaturas...
Es a la fe, la creencia;
como es al nacer, la esencia.
Es al vivir, sinsabores...
y es al morir, el misterio.
Es a lo físico, la presencia;
como es a la nada, la ausencia...
Es la conciencia al pensamiento
como es el amor... al sentimiento.
Todo se conjuga en un orden total
y en ese universo convivimos...
con la realidad física que es la forma
y con el alma que es la esencia de la vida.
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16/08/1991- 28/06/2013
Fechas que nunca tendrán olvido...
Aunque los recuerdos no sean solo mios,
pretendo eternizarlos con la pluma y el papel;
revivièndolos en versos elegiacos.
Cada ser humano tiene su propia historia
y el camposanto está lleno de ellas...
Tras lápidas, sin tan siquiera flores marchitas,
yacen despojos ignorados por sus deudos.
Tumbas olvidadas de quienes han muerto,
seres que nacieron, vivieron y murieron
en el tiempo asignado por sus sinos
para ser parte de nuestro mundo efímero.
La necrópolis es un lugar de muertos olvidados,
y yo no quiero que mi hijo sea uno mas,
olvidado al dejar sus restos en el féretro;
¡Quiero que sea recordado por su esencia...!
¿Quien dijo...que la muerte es el fin de todo...?
Mientras alguien viva en los recuerdos,
pueden pasar dos años o muchos mas, y siempre
estará vivo en el corazón de quien lo ama.
Mas empero...no puedo evadir la realidad...
como se que mi existencia es pasajera
pretendo vencer al olvido con mis armas...
dejando testimonio en lo que escribo.
No hay limite de tiempo
que doblegue mis recuerdos...
Mi amor de padre
no es amor de un día...¡Es eterno...!
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Mi conexiòn con mi hijo fue tan intensa
y su perdida es tan desgarradora,
que solo aquel que alguna vez amó,
puede llegar a comprender lo que yo siento.
Solo aquel que tuvo entre sus brazos,
el frágil cuerpecito de un recién nacido;
sintiendo el trémulo latir de su corazón,
puede entender lo que siente un padre...
Ser padre, es ser agua regando la simiente,
es ser la tierra que ampara a sus raíces;
es ser árbol consciente de sus frutos,
enfrentando las vicicìtudes de la naturaleza...
Capeando los vientos, y las tempestades...
Soportando el calor del estío y el frío invernal.
Es vencer al egoísmo, dando todo de si mismo
en aras del bien de nuestra amada progenie.
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En el desierto de la ausencia
un sol de angustia se transparenta
en sutiles siluetas sin sombras...
Mis manos ávidas intentan asir,
a la incorpòrea visión etérea
que mis ansias me transmiten.
En el páramo de mis penurias
son tantas las remembranzas,
que cuando miro hacia atrás
son como galaxias en el universo...
y cada recuerdo es una estrella
que titila en mis reminiscencias.
Sobre las arenas movedizas
de mis recuerdos sempiternos,
un viento glacial de olvido
pretende borrar las huellas
de quien antaño fue presencia.
y convive inviolable en mi memoria...
Sin embargo, ante el ataque
del impiadoso invasor,
los recuerdos se repliegan y se reagrupan
cual soldados en la batalla,
resistiendo los embates
de un poderoso ciclón...
El tiempo mira de reojo
no ocultando su desdén,
pues nada lo detiene
en su constante devenir...
mas, yo puedo presentir
que habrá de sucumbir
ante la fuerza de mi amor eterno.
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¡Tù, estás aquí hijo mío...
Tu presencia es sutil
pero estás presente...Tu presencia es sutil
Me acompañas a cada instante
por los senderos que transito cada día.
Y cada día...
me acaricias con los rayos del sol
en las brillantes alboradas...
Cada mañana
me saludas con algarabía
dicièndome: ¡Buenos días...!
con el trino de los pàjaros...
y acompañas mis pasos
en mis tareas cotidianas.
Cuando llegan las noches...
Tu sonrisa titila en las estrellas
y me arrullas con la brisa nocturna.
Cuando la luna majestuosa
se enciende en el plenilunio,
entras por las ventanas
paseando por cada rincón
de nuestra casa.
Juegas con las cortinas...
corres alegre con las mascotas
que ladran contentas a la luz del cristal...
¡Tù, estás aquí...!!!
Tan solo ha partido
la ambulatoria materia que era tu cuerpo
pero... tu espíritu... Tu esencia...
se quedó rondando nuestras vidas
morando en la naturaleza...
como lo hace Dios...
en todo el universo.
probando su presencia
con miles de argumentos.
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Derechos reservados
Autor.
Ignacio Camaño
Rosario Santa Fe
Argentina.
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