Hay seres de luz
que se hacen letras
para brillar en una poesía...
Y yo solo soy
un aprendiz de escritor,
narrando de forma simple lo que siento...
Escribo, y escribí mucho
sobre el viaje inesperado...
El viaje sin retorno de mis hijos.
Cada quien exterioriza su pena
de la forma en que natura le concede
sus dones, defectos y virtudes...
Yo,
me dediqué a escribir
con paz en el alma...
y cada letra que dibujo
es una lágrima que riega el árbol
del recuerdo de mis vástagos.
Siento que la vida
es una caja de Pandora
y es tan cierto que su realidad abruma...
Creer que no tendremos una nueva sorpresa
es tarea vana y sin sustento firme...
pues a cada momento acecha el asombro..
Un remolino de dolor
irrumpe en mis cavilaciones
asestando un golpe de realismo..
Todos los vientos, todos...
susurran a mis oídos
melodías de quebrantos y tristeza.
Aprendemos con experiencias
a soportar las tragedias de perder
a nuestros seres queridos...
Cuando el sino inclemente
nos arrebata de improviso
la presencia de quien amamos
De quienes...
se apearon demasiado pronto
del tren de la existencia...
para subirse al de la eternidad,
dejando nuestro amor
a merced de la memoria...
Y yo...
quedé anclado en mis recuerdos...
como un Colibrí
prisionero de una flor.
Libando sin medida
el néctar de las remembranzas.
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Autor;
Ignacio Camaño
Rosario Santa Fe
República Argentina
Derechos Reservados.
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