jueves, 16 de agosto de 2012

¡¡¡¡¡...URDIMBRE...!!!!!!




¡URDIMBRE...!

Teje la araña su trama.

El gusano, teje su seda.
El ave en la arboleda

teje su nido en la rama.
La simiente floreciente 

teje su brote en la tierra,
asoma timidamente 
y crece audaz, imponente.


Teje lazos fraternales 

la amistad, 

con sinceridad manifestada
en la  estima,

y en la admiración;
en el amor generoso 

y en la comprensión,
 ya que,  la amistad 

no es fugaz ni engañosa,

si se teje con franqueza.
La desteje la mentira, 

la hipocresía,

la doblez y la traición.

Teje el amor 

en la existencia,
convivencia de los géneros, 
para la natural esencia
de reproducir la especie.
La desteje la intolerancia
la incomprensión y el rencor.
Se desteje la armonía

por las humanas pasiones,
por el poder omnipotente,
la soberbia y la barbarie.


Por las mezquinas pasiones
se teje la mas cruel 

de las sinrazones 

en arcaicos corazones:
¡La guerra!
Con sus bemoles
de muerte y destrucción.
Se teje la paz en el mundo

con respeto por la libertades;
Por los derechos elementales 

sean propios o ajenos.


Esa trama impenetrable, 
es la causa 

del misterio de la vida.
Y el ser humano, 

laborioso

teje y desteje sus sueños.
Tejiendo y destejiendo 

conjeturas sobre  enigmas,
al no entender la causa 

primigenia de las cosas.

Sobre el principio y el fin, 

sobre la vida y la muerte...
Tejiendo estos interrogantes

va tejiendo su destino.
Teje redes de caminos 

que entrecruza con sus pares,
buscando ávidamente

su itinerario de viaje.

Sus pasos,  que dejan huellas

en transito irremediable, 
hacia su sino implacable...
Van destejiendo el estambre 
de un secreto insondable:
La urdimbre inexplicable

que atesora la existencia;
laberinto infranqueable 
que obsesiona intensamente,
nuestra exigua intelección
de la maraña que anonada.


Tejen y destejen teorías

pensamientos optimistas,
de pretender descifrar,
el acertijo vivencial 
que subleva nuestro ego;
tejiendo y destejiendo 
nuestra humana condición,
conjeturas del arcano
que cubriendo nuestras vidas,
nos lleva sin dilación
a la perenne obsesión
de desvelar, 
el destino que nos toca.


Teje el poeta los versos, 

en la alba hoja que invita
incitante y traviesa, 

a pergeñar en ella:

¡La magia de la poesía!
Virgen inquieta,
que teje la curiosidad 

sobre su impoluta castidad;
y lujuriosa ansía 
 destejer anhelante,
el velo de su inocencia.


La urdimbre 

de mis pensamientos:
al impulso 
de un sentir recóndito,
movieron  mi mano 
con gran frenesí;
uniendo las letras 
con exàltaciòn.
Con magia inaudita 
entró en mi sangre,
el sumo mandato 
que yo obedecí
cual dócil esclavo, 
escribiendo el dictado 
del estro sutil.
¡Tejí mi sayal 
con dedicaciòn,
para que  lectores ávidos,
destejan la trama 
que mi inspiración urdió! 




Autor:
Ignacio Camaño
Rosario Santa Fe Argentina
Derechos reservados

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