¡La poesía... mi amada inmortal...!
Desde la tierna edad de diez años,
en que escribí mi primer
esbozo
gocé de su grata compañía!!!
Me enamoré...perdidamente,
de la belleza escondida
en sus laberintos de versos...
Como empedernido amante
de la unión
de las letras
y de la armonía presente
con que forman las palabras.
Me gusta jugar con ellas...
Lo hacemos a crear poesías,
con
palabras que traviesas
juegan a las escondidas...
hasta que el genio
creador
a agruparse las conmina,
y ellas, con todo candor...
ocupan,
sus lugares escogidos.
Todos mis pensamientos...
juegan y se
divierten con ellas,
como espectador anonadado
de los vaivenes del
juego...!
De a ratos, me dejan de lado
como observador ensimismado
y
veo, como mis manos laboriosas
obedecen, a impulso desconocido!
Me
acostumbré desde niño...
a estar con mi amada poesía
aún, dentro de una
multitud,
internándome feliz en su trama.
A llevar siempre dos
bolígrafos
por si uno fallara repentinamente.
La infaltable libretita...
ó cualquier pedazo de papel,
que sirviera para estampar,
lo que ella
me conminaba!
Muchas veces, arriesgándome...
a sufrir pullas de compañeros,
de mi infancia y
adolescencia...
quienes, me tildaban de "rarito"
porque, cuando estábamos jugando
los abandonaba sigilosamente
para
dedicarme a escribir poesías!
Menos mal...que con las niñas
y las
maestras de la escuela,
era un espécimen encantador...
y según las docentes,
"seductor"
pues, halagaba constantemente
sus egos agraciados de féminas...
por mi
sempiterna admiraciòn
por ese género maravilloso...!!!
Por esa causa mis amigos,
me consideraban un
galán...
y atenuaba la razón de sus enojos.
Me pedían consejos y alguna
poesía,
para regalar a quienes pretendían!
Fuí creciendo, con ella pegada a mi,
como
una estampilla o como mi sombra,
pero, nunca me pesó, al contrario, fue...
y sigue siendo, mi confidente mas fiel,
mi catarsis liberadora...
mi
grito de libertad,
mi caja de pandora!!!
Y quizás...hasta escribiré...
en mi ultimo hálito de vida,
cuando me
toque irremediablemente
partir de este mundo...escribiré
póstumos versos
de despedida!
Gritandoles a las letras...
¡Piedra
libre...!!! ¡Piedra libre...!!!
allí donde estén escondidas...
y ellas
vendrán sumisas
a ocupar sus lugares...
cuando el genio creador
como
repentino remolino,
las agrupe a su arbitrio
creando bellas
poesías...!!!
Y aún, después de muerto,
volveré en el viento...
y arrullaré con sus versos,
a las almas sensibles,
que le den abrigo
en sus ojos,
al leer con emoción...
mis tiernas hijas literarias...
Los frutos poéticos...
de mi gran amor por ella,
¡¡¡Mi amada
inmortal!!!
Autor:
Ignacio Camaño
Rosario Santa Fe Argentina
Derechos reservados
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