Los sueños tienen alas propias,
no necesitan la sustentación del viento;
para volar libres sobre mares y montañas:
como los imponentes, amos alados del cielo.!
Los sueños son ingravidos,
y, minimizan el eter espacial;
como los copos del cándido algodón:
o la sutil y evanescente pompa de jabón.!
los sueños se elevan,
precediendo nuestros actos;
aun siendo partícipes necesarios:
de su vuelo baustimal por el espacio.!
Acudimos a ellos,
ahitos de lo rutinario;
creyendo huir de nuestro sino:
sin saber a ciencia cierta cual es cual.!
En el mar existencial,
viajamos en una barca ligera;
sin saber cuales velas hay que usar:
si las reales, las quimericas o viceversa.!
Con solo la intuición,
trazamos el curso pretendido;
hacia el puerto fijado de la realidad:
ilusamente llegamos al puerto decepción.!
No somos aves migratorias,
que surcan los grandes mares;
con una guia ancestral en su sangre:
que las lleva directamente a su destino.!
Nosotros para guiarnos,
tenemos que crear como hacerlo;
y es ahí donde entran nuestros sueños:
para ayudarnos en nuestro periplo existencial.!
Con los sueños como aliados,
enfrentamos el sino desconocido;
obrando con nuestra venia precedente:
utilizamos, un utópico timonel ocacional.!
Quien nos lleva,
con maestría excepcional;
al destino acordado de antemano:
al puerto soñado, del pais de Nunca Jamas.!
La fantasía tiene mucho de realismo,
y la realidad a veces supera a la ficción.
En ese orbe mágico vivimos los escritores,
entre la vigilia y el sueño: vibrando de emoción.!
forjamos castillos en el aire,
para morar allí con nuestra realidad.!
Los sueños son los que llevan a nuestras metas,
y la cruda realidad, que sin piedad nos amedrenta;
sabe que contra ellos: solo tiene que vencernos a nosotros.!
Afectuosamente: Raignakam.
Autoría: Ignacio Camaño. Rosario de Santa Fe.
República Argentina. Derechos Reservados
REF:CC.INTERNET.
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